Una vez más, LeBron James está en el centro de la atención pública—pero esta vez no por su desempeño en la duela, sino por un regalo de cumpleaños que ha generado un intenso debate en redes sociales.
Para celebrar los 17 años de su hijo Bryce, LeBron decidió comprarle una lujosa mansión en Boston, una propiedad valorada, según reportes, en más de 10 millones de dólares, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad.
Pero lo que realmente ha dejado a todos hablando no es solo el tamaño de la casa… sino su interior.
Descripta por una fuente cercana como “un palacio digno de la realeza”, la mansión cuenta con una sala de cine privada, un gimnasio con piso profesional de básquetbol, alberca techada, estudio de grabación y hasta una mini cancha inspirada en el centro de entrenamiento de los Lakers.
La habitación de Bryce, según los rumores, es más grande que muchos departamentos en Nueva York, e incluye un vestidor, sistema de luces personalizadas y ventanales con vista directa al río Charles.
Mientras algunos fans aplauden a LeBron por darle a su hijo lo que él nunca tuvo, otros lo han criticado duramente, calificando el gesto como excesivo y fuera de lugar, especialmente en un contexto donde muchas familias apenas logran cubrir lo básico.
“Un chavo de 17 no necesita una mansión. ¿Qué pasó con enseñarles el valor del esfuerzo?”, escribió un usuario en X (antes Twitter).
“LeBron se ganó su dinero con trabajo. Puede gastarlo como quiera”, respondió otro.
Incluso algunos especialistas en crianza han advertido que dar demasiado a una edad temprana puede afectar la responsabilidad y autoestima de los jóvenes.
Eso sí, otros opinan que Bryce James no es un adolescente común. Ya sigue los pasos de su padre en el mundo del deporte, es observado por visores y medios, y ha crecido bajo los reflectores.
¿Fue entonces un exceso… o simplemente una muestra de amor de un padre que lo ha dado todo?
Lo cierto es que, cuando eres el Rey James, hasta los regalos de cumpleaños se vuelven noticia.