Ismael le confiesa a Nicolás que su matrimonio con Florencia terminó para siempre, él le llama a Florencia para invitarla a cenar a su casa y así celebrar la gran noticia.

Ismael, uno de los personajes principales, decide confesarle a Nicolás que su matrimonio con Florencia ha llegado a su fin de manera definitiva. Esta revelación marca un momento crucial en la historia, ya que Ismael expresa con resignación que no hay vuelta atrás en su relación con Florencia.

Nicolás, que es conocido por su carácter manipulador y sin escrúpulos, recibe la noticia con una actitud de celebración. En lugar de mostrar empatía o preocupación por la situación de Ismael, Nicolás se regocija con la noticia, viendo en ella una oportunidad para sus propios intereses o beneficios. Su reacción revela su verdadera naturaleza y establece un contraste marcado con la angustia y la tristeza que siente Ismael.

Esta escena subraya la tensión entre los personajes y añade una capa de complejidad a la trama, destacando cómo diferentes personas responden a las adversidades de manera muy distinta. La dinámica entre Ismael y Nicolás sigue desarrollándose a medida que avanza la historia, con esta revelación sirviendo como un punto de giro significativo.