Freddie Freeman tuvo una larga temporada 2024. Lidió con algunas lesiones persistentes durante la temporada y se esforzó por superar el dolor en la postemporada, pero también tuvo un problema de salud relacionado con su hijo Max, de tres años.

Max enfermó del síndrome de Gullian-Barré, lo que obligó a Freeman a alejarse del béisbol por un tiempo. Regresó en agosto y ayudó a guiar a los Dodgers de Los Ángeles a su octavo título de la Serie Mundial.

Sin embargo, debido a las lesiones que Freeman sufría, el ex MVP se encontraba en una encrucijada, y su esposa Chelsea reveló algo importante sobre el camino que Freeman estaba considerando tomar.

“Llegó un punto en que, si Max no mejoraba, no sé si Freddie habría vuelto a jugar”, dijo Chelsea. “Así que la recuperación de Max en sí misma es un milagro, y que Freddie haya podido terminar como lo hizo… siento que lo necesitábamos”.

Chelsea también reveló que Freeman tenía tanto dolor que le costaba incluso levantarse de la cama.

“Estaba enloquecida”, dijo. “Sé lo lesionado que estaba, algo que mucha gente no sabía. Tiene problemas para levantarse por la mañana; lo saco de la cama y cojea para ir al baño. Así que estaba más nerviosa, porque no es el Freddie normal”. Freeman finalmente tuvo una sólida temporada 2024, con promedio de bateo de .282/.378/.476, 22 jonrones, 89 carreras impulsadas, un WAR de 4.7 y un OPS de .854. También fue nombrado Jugador Más Valioso de la Serie Mundial después de que los Dodgers vencieran a los Yankees de Nueva York en cinco juegos.

Pero el toletero sufría mucho más de lo que se imaginaba en ese momento, e incluso estuvo a punto de considerar el retiro.

Esperemos que el jugador de 35 años se mantenga sano en 2025 y siga registrando números sólidos, pero es evidente que la temporada pasada se encontraba en una encrucijada.