“Fue genial invertir en el arte. Yo no sabía cuánto costaba que una sinfónica tocara para ti, pero claro que lo vale. Cada peso invertido en el arte lo vale”, reflexiona sobre el trabajo creado junto a la Orquesta Sinfónica de Guadalajara.
El álbum abre con un tema tan emotivo como desgarrador, dedicado a su padre, quien decidió terminar con su vida, y cuya pérdida ha sido sumamente impactante en el camino de Gerardo como persona y como artista. “Tengo tanto que contarte como el corazón partido”, le canta en la canción. “Yo te extraño cuando llueve, me pongo nostálgico y hago que caiga nieve”.
“Me dejó una escuela, pero fue más un amigo que una figura paterna”, dice. “La figura paterna la recibí del lado de mi abuelo, de toda mi colonia y de mis amigos. En la canción de papá, digo: ‘Mi jefe era un gángster, por eso nací loco’, es una frase que escuché de Amenaza, un rapero de Mexamafia. Y claro que estoy loco, mi jefe era un gángster”, platica Gera. “Vi muchas cosas que tal vez no eran comunes de ver. Me tocaron vivencias bien raras: llegar a una agencia de autos con una caja de galletas llena de dinero y salir con un coche del año, sin placas, con un permiso de esos de 30 días. O entrar de morro al casino por la caja de galletas antes de ir a la agencia, y que me diera $8000 para que me los quedara”.
Obviamente dedicar una “carta” a su difunto padre fue un proceso sumamente emocional, que nació ante la necesidad de trabajar en su salud mental. “Fue cuando decidí ir a terapia. Llegó un punto en el que dije, ‘¿Sabes qué, wey? Ya. Tanto me han dicho que vaya a terapia, que voy a ir’. Nunca había encontrado a nadie a quien pudiera platicarle todos mis pecados sin ser juzgado”.
En esas sesiones, el rapero trabajó temas complicados, como la culpa ante su partida, la interrogante de por qué se murió enojado con él o la decepción de que se fue antes de ver el éxito que está viviendo actualmente. “La terapia es como bajarle al baño de la mente”, asegura. “Todo este tiempo lo estuve cargando, y me reclamaba a mí mismo que pude haber hecho más. Al final se murió por una mala operación, luego entró en depresión y finalmente decidió quitarse la vida. Y piensas en que una cosa llevó a la otra, quizá si hubiera juntado más dinero y lo hubiera tenido en una clínica. Fui a terapia a soltar esa culpa”.
Gera ha sido abierto con el tema de su salud mental, algo que hasta la fecha no había sido muy común, sobre todo en el ámbito del rap. El mexicano ha hablado anteriormente del reto que padecer de ansiedad significa en su vida como artista. Confiesa que empezó a sentirla entre los 22 y 23 años, y la ha enfrentado durante unos cinco. “La primera vez es cuando sientes que te vas a morir; la segunda, como que dices, ‘Fuck, volviste’; y en la tercera, cuarta, quinta, ya dices, ‘Ok’, tienes que recibirla y saber que vas a vivir con eso, que va a ser parte de tu vida y saberlo llevar. Y yo lo he sabido llevar; sé cuáles son mis límites”, asegura.
“Mucha gente decide irse de este plano terrenal porque no aguanta la presión de lo que se siente en el cuerpo. He sido muy abierto conmigo mismo, porque antes lo reprimía para que nadie se diera cuenta y me trataran como si estuviera normal, hasta que dije, ‘Fuck no, la estoy pasando mal, y el mundo tiene que saberlo. Soy de carne y hueso’”.
¿Cómo lidia con eso? Además de desahogarse con su música y terapia, procura salir a correr, boxear, meditar, comer bien, estar limpio. Ha entendido que al cambiar su estilo de vida se convierte en alguien responsable consigo mismo; “Es cuando conocí el amor propio; eso es lo que ahora le preocupa a Gerardo: estar bien”.
Esa idea de salir a jugar, correr, aprovechar la juventud despejar la mente para estar bien, nació de una de las largas y profundas pláticas que tuvo con su otra figura paterna, su abuelo, quien le dijo: “Juega todo lo que puedas, porque va a llegar un día en el que digas, ‘¿Por qué chingados no jugué más?”.
La ansiedad que sufre también es un reto que le ha dejado su pasado, que ahora está cobrando factura. “Me provoqué una gran ansiedad por todo lo que consumí de chico, y todas las cosas que uno no sabe que está decidiendo en el proceso. Y cuando quise dejarlo de jalón, vino la abstinencia”. Sin embargo, asegura que una de sus prioridades es ayudar a que las próximas generaciones no caigan en esto, que no se vayan con la idea de que para ser un rapero exitoso o respetado tienen que entrar al mundo de las drogas.
“Antes decía, ‘¡Qué chido, andar de pedo y bien desvelado con toda la clika y desmadrarnos!’. Y sí, está bien, es una etapa muy buena que no cambiaría por nada, porque me encantó. Pero creo que el amor propio que encontré después para cuidarme me tiene blindado”, asegura.
Gera entendió que su cuerpo debe ser como su templo; no podía tener una noche de excesos y amanecer entero, eso no funciona para toda la vida. Por eso empezó a cambiar sus hábitos y a sentirse mejor.
Uno de sus proyectos de ayuda se llama Banqueta y Banquete, con el que pretende ser un apoyo para los chicos que están entrando al mundo de la música. “Quiero hacerles entender que realmente –y lo digo de corazón, no de dientes para fuera–, no se necesita nada más que la música. Y si te gusta un gallito o una cervecita, está bien. Pero tienes que entender los límites, o estar dispuesto a afrontar las consecuencias”.
No teníamos nada, pero éramos felices está conformado por ocho canciones que fueron escritas en un lapso de cuatro años. Gera asegura que ha sido el material en el que más transparente ha sido como escritor, “porque cuando te nace no es esfuerzo, y todas estas letras me nacieron. Como contarle a mi hermana que el primer celular era robado, que mi mamá trabajaba; hablarles a mis amigos o escribirle una canción a los que ya nunca pude ver”.
SACO Y SHORTS: CUBEL, CALCETINES Y ZAPATILLAS: ADIDAS ORIGINALS, GAFAS: SAFILO
Ahora tengo todo menos a ti, la segunda parte del álbum, es un material que musicalmente muestra más de cerca la faceta de Gera MX con el éxito y los lujos que hoy lo acompañan, pero siempre haciendo una reflexión sobre su presente. El disco presenta las rimas y barras que lo han caracterizado a lo largo de su carrera. Además, tiene colaboraciones con otros grandes del género, como Snow Tha Product, C-Kan, Blessd, Herencia de Patrones, Justin Morales y el rapero norteamericano Wale. La portada muestra a Gera MX rodeado de dinero, alcohol, con sus números y lujos, pero está solo.
La creación de este disco se debió más a la reflexión de que hoy en día “la música ya es como la comida rápida; la gente está esperando que hagas un TikTok o a que salgas con sencillo tras sencillo. Y está bien, así es el mundo, ni modo. Tenemos que acostumbrarnos: evolucionas o mueres. Me encanta el disco personal, pero no lo veo en un festival”.
En el álbum, Gerardo parte de la reflexión de que “entre más arriba, es cuando más solo te sientes”. Es una idea de su presente partiendo de la añoranza del pasado. Ahora Gera MX tiene todo lo que no tuvo Gerardo, pero el éxito no evita la soledad. “Esa etapa la entendí cuando estaba en mi trip de ‘Soy Gera MX’. Venía de llenar viernes, sábado y domingo, 2.000 boletos cada fecha. Y 6.000 personas fueron a verte, 1.000 personas se tomaron la foto, y tú solo con tu maleta en el cuarto, fumando. Entonces dices, ‘No, wey, esta madre no es el éxito’”, afirma.
Esa soledad que a veces siente Gera MX ha nacido del aislamiento provocado por la presión de ser un artista. “Si te ven en un antro borracho, es polémica; si le pegas a alguien, es polémica. ¿Entonces qué haces? Pues te aíslas”, asegura. “Muchos artistas no tienen un gran círculo de amigos, sino un gran círculo de conocidos. Creo que mi caso es cool. No somos tantos los amigos, pero somos suficientes para pasarla bien”.