Los Cleveland Cavaliers se encuentran al borde de la eliminación tras caer 3–1 en su serie de la Conferencia Este de la NBA contra los Indiana Pacers. El Juego 4 del domingo en Indianápolis fue otra muestra del ataque equilibrado y la presión defensiva de los Pacers, que superaron a los Cavs a pesar de otro esfuerzo destacado de Donovan Mitchell y Darius Garland, quien se mantiene confiado en una remontada y cree que pueden repetir la hazaña que logró LeBron James en la historia de la franquicia.
Pero esta vez, el foco de atención se trasladó—al menos brevemente—a Darius Garland. Tras una actuación alentadora en el Juego 4, Garland se reunió con los reporteros después del partido, aún recuperándose de una lesión en el dedo del pie, pero con una determinación inquebrantable.
“Esta franquicia ya ha estado abajo 3–1 antes,” dijo Garland.
“Este grupo puede hacerlo. Tenemos el talento, tenemos las habilidades. La unión del equipo siempre está presente. Solo tenemos que salir y jugar nuestro estilo de baloncesto: duro, físico y en conjunto.”
Garland se perdió el inicio de la serie por lesión, pero regresó con un renovado sentido de urgencia y liderazgo. Tras el Juego 3, habló desde el vestidor sobre lo que lo motiva:
“Solo quiero estar ahí afuera con mis compañeros,” dijo.
“Todos están jugando con dolor, arriesgando su cuerpo. Seguimos luchando. Solo quiero hacer lo que sea necesario para ayudarnos a ganar esta serie.”
Ahora, Cleveland enfrenta una tarea casi imposible: remontar un 3–1 ante unos Pacers encendidos que han cambiado la narrativa tras la dominante temporada regular de los Cavaliers.
Inspiración en la historia
La referencia de Garland a una remontada de 3–1 evoca uno de los momentos más icónicos en la historia del deporte: la milagrosa remontada de los Cavaliers en las Finales de la NBA de 2016, liderada por nada más y nada menos que LeBron James.
Ese año, Cleveland iba perdiendo 3–1 ante unos Golden State Warriors que habían logrado un récord histórico de 73 victorias en temporada regular, con figuras como Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Pero la actuación heroica de LeBron en esa serie—con partidos consecutivos de 41 puntos en los Juegos 5 y 6, y un triple-doble en el Juego 7—se volvió leyenda.
¿Qué necesitó LeBron para lograr la remontada?
Kyrie Irving encestó el tiro decisivo sobre Curry en el último minuto del Juego 7, mientras que LeBron protagonizó el ya legendario tapón contra Andre Iguodala—símbolo de la voluntad inquebrantable de Cleveland.
Otro momento clave fue la suspensión de Draymond Green para el Juego 5, lo cual rompió el ritmo de los Warriors y le dio nueva vida a los Cavs. A partir de ahí, la defensa de Cleveland se cerró, sus estrellas cumplieron, y la franquicia conquistó su primer campeonato de la NBA.
Fue una tormenta perfecta de talento, resiliencia y momentos oportunos—algo que Garland espera que este grupo actual pueda replicar de alguna manera.
La tarea es abrumadora, pero Cleveland ya ha visto lo imposible antes.
Ahora, tratarán de hacerlo otra vez.